Un siglo de espera.

Ambos se miraban a los ojos,

se lo decían todo con la mirada.
No hacían falta palabras...

podían fundir el aire que los rodeaba de amor,

pero no lo hacían;lo tenían prohibido.
-No puedo aguantar mucho más sin tocarte.-Decía él,mientras daba un paso a delante.
-No puedes,mi amor.-Sonrió ella-.Sabes que provocaría tu muerte.-
-Pero...un mundo con el que vivir de tu mirada es como ser esclavo,observar a la mejor de las bellezas y no poder tocarla.-
-Pero morirías.-
-¿Y? Al menos lo haría feliz.Sería la mayor degustación del mundo.-
-¿Y yo qué?¿Me quedaría sola? Sobre todo sabiendo que habrías muerto.-
-No va a pasar nada creéme.-Acortó la distancia que los separaba,nunca antes se había tocado y ahora estaban a milímetro el uno del otro.
-No quiero que te vallas.-Dijo triste.
-Sabes perfectamente que volveré,en un tiempo pero volveré.-Él parecía contento de poder hacer por fin su sueño realidad.
-Cien años,dentro de cien años.Estoy harta de esperar cien años para tocarte.-
-Los pecadon han de pagarse,nunca un ángel y un demonio pudieron estar juntos,y por supuesto nunca lo podrán.-Y por fin,él consiguió acariciar su pelo,ella cerró los ojos.Llevaba esperando cien años este momento,reconocería su olor dentro de otros cien años,su tacto y su figura.Nunca se le olvidaría su figura.Y antes de que él se fuera para volver en un siglo,se dieron un beso de despedida,abrió los ojos.
Ya no estaba,era tan rápido la forma en la que desaparecía...solamente le quedaba esperar cien años,contando los días,recordando su último beso,para mantenerse en pie hasta que pudiera reencontrarse con la oscuridad que iluminaba su corazón.